¿Por qué meditar? y no, ¿Para qué meditar?




La "atención plena" no es para conseguir algo, no se busca algo, porque en el momento en que enfocamos nuestra voluntad y nuestros sentidos en un objetivo olvidamos la visión global, lo que nos rodea.

Invierto mi energía en aquello que “yo” creo interesante (o lo que es lo mismo, que me puede aportar algo: relajación, paz, equilibrio, bienestar,...). Y cuando digo “yo” me refiero al papel o al personaje que creo ser, al personaje con el que creemos identificarnos y es que la realidad la veo y describo según creo que soy yo.

Nuestra "zona de confort" es nuestra referencia, nuestro sentido de supervivencia nos impele a conservarla pero hemos de aprender a ampliar nuestros límites y repasar nuestra escala de valores, porque toda acción, todo gesto, cada uno de nosotros tiene el mismo valor y es digno de ser estimado.

Este no dar nada por supuesto, este poner en duda lo que creo que soy, puede ayudarnos a adquirir otra mirada, una nueva mirada sobre las cosas. no se trata de anularnos, tomémoslo como una oportunidad para re-descubrirnos.

La atención plena es interés y amor; en la estima plena no hay lugar para el “yo”.

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